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El mito del equilibrio.

  • 25 oct 2024
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 27 dic 2024

Te doy la bienvenida a este espacio de reflexión y acción. Cada semana tienes una oportunidad de crecimiento por medio de una idea, una palabra, un pensamiento, un nuevo entendimiento o una perspectiva, que te llevarán a hacer algo diferente (#HAD).


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Esta semana, conversemos respecto al equilibrio, ese elemento aspiracional en nuestra vida cotidiana. El equilibrio es un mito. La idea de equilibrar implica que se puede alcanzar una distribución perfecta y constante entre las diferentes áreas de la vida (familiar, laboral, social, espiritual).


En realidad, la simetría es poco realista. Cuando nos referimos a equilibrar, pareciera que tuviéramos que hacer una perfecta separación entre la vida personal y profesional y esa concepción misma, genera frustración.


Has sido testigo de la forma en que los retos y prioridades cambian, por lo que el equilibrio, en situaciones desafiantes, es complejo. En ciertos momentos, el trabajo requiere atención, y en otros, la familia o el bienestar personal necesitan más.




Algunas decisiones tampoco promueven equilibrio, tales como tener el foco en un solo aspecto de la vida o querer "dar lo mejor" a todo simultáneamente que puede resultar agotador, contraproducente y desgastante.


Cuentas con herramientas para mantener altos niveles de rendimiento sin poner en peligro tu bienestar o felicidad.


La gestión de tu tiempo y energía, la delegación efectiva, el enfoque en prioridades, a qué le dices SI y a qué NO, el buscar qué eliminas y no qué agregas y un estilo de menos, es más, pueden mejorar tu productividad sin agotar tu energía personal.


Podrías incluir rutinas diarias, técnicas de mindfulness, y estrategias de gestión emocional que ayuden a equilibrar ambos mundos. Más que simetría, el equilibrio debería mostrarnos integración.


La verdadera satisfacción proviene de armonizar las prioridades. Para alcanzar un estado de bienestar, integra lo relevante de la vida de forma coherente.


A mí personalmente me gusta más pensar en balancear, justo en esos momentos de desbalance, en los que los desafíos de la vida están presentes. 



¿Te has sentido así?

  • Si, siempre.

  • Nunca lo he experimentado.





 
 
 

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