Las 5 microdecisiones que transforman tu día como ejecutivo (y nadie te está recomendando)
- 15 may
- 3 Min. de lectura
Te doy la bienvenida a este espacio de reflexión y acción. Una idea, una palabra, un pensamiento, un nuevo entendimiento o una perspectiva te llevarán a hacer algo diferente (#HAD).
Esta semana vamos por pequeñas acciones que tengan la capacidad de cambiar la forma en que abordas los retos y tu dinámica cotidiana.
Seguramente, eres de esos ejecutivos que buscan grandes cambios para alcanzar más resultados, lograr equilibrio y mejorar su bienestar. Pero, esos grandes cambios rara vez se sostienen si no están anclados en decisiones más pequeñas, cotidianas, y muchas veces invisibles.
Las microdecisiones que tomas (o no tomas) cada día, son las que determinan tu claridad mental, tu energía y tu efectividad.
Aquí te comparto cinco microdecisiones que probablemente no te han recomendado o no has puesto en marcha… y que podrían tener un impacto directo en tu rendimiento y bienestar sostenibles.
1. Decide qué no vas a resolver hoy
Como ejecutivos, vivimos atrapados en la ilusión de que todo debe estar resuelto. Esa presión por “cerrar todo” genera ansiedad, agota tu mente y te desconecta de las verdaderas prioridades.
Microdecisión #1: antes de empezar tu día, identifica un tema que puedes dejar a un lado, intencionalmente. Dile a tu mente que no todo requiere acción inmediata. Lo que postergas con claridad, lo resuelves con más fuerza mañana.
2. Protege una hora sin estar en modo “reunión”
Muchos líderes pasan su día en modo reunión. No obstante, lo que no saben es que las decisiones que transforman el negocio rara vez se toman en “Zoom”. Necesitas espacios sin interrupciones para pensar, crear, definir, decidir.
Microdecisión #2: agenda una hora diaria como “tiempo estratégico”, no negociable, ni se puede cancelar. Es tu hora de dirección, no de reacción; evita que ese sea el tiempo adicional en el que te quedarás trabajando.
3. Cambia la pregunta con la que inicias el día
La mayoría inicia su jornada preguntándose: “¿qué tengo que hacer hoy?” Esa pregunta te lleva directo a la sobrecarga. ¿Qué pasaría si empezaras tu día con alguna pregunta como la siguiente: ¿quién quiero ser hoy? ¿En qué quiero contribuir este día? ¿Dónde haré una diferencia?
Microdecisión #3: antes de revisar tu agenda o tu correo, escribe una línea que te conecte con tu identidad: “hoy quiero ser un líder que…” Esa intención influirá en todo lo demás.
4. Integra pausas de 3 minutos
Recuerdas las clases en la Universidad de 50' X 10'. Son una excelente forma de pequeñas pausas que reponen energía y te despejan para mejores decisiones y acciones.
No necesitas 30 minutos de meditación para resetear tu sistema nervioso. Tres minutos bien intencionados pueden cambiar tu energía.
Microdecisión #4: programa dos o tres “pausas poderosas” de 3 minutos en tu jornada. Cierra los ojos, respira profundo, recarga energía y notarás un cuerpo y una mente más despejada. Luego vuelve al trabajo con más foco y menos tensión.
5. Cierra tu día desde las ganancias, no desde las pérdidas
Muchos ejecutivos terminan el día con una sensación de deuda: “no hice todo lo que quería”, “me faltó avanzar más”. Ese cierre negativo contamina tu descanso y merma tu autoconfianza.
La perspectiva de la ganancia te hace notar los avances y lo que sí pasó; por el otro lado, mirar los faltantes, drena, desmotiva, y deja una sensación de falla o falta. Siempre hay una brecha entre lo que quieres lograr y dónde te encuentras hoy, solo que apreciarás las contribuciones y acciones que harán una diferencia.
Microdecisión #5: antes de salir de la oficina o de apagar la luz en casa, reflexiona acerca del logro del día. Escribirlo tiene un doble poder, porque no solo lo piensas en ello, sino que queda registrado. Puede ser una decisión tomada, una conversación significativa, o un límite que respetaste. Entrena a tu mente a ver lo que sí hiciste.
Liderar, es elegir mejor.
Las he llamado microdecisiones, porque son pequeñas, no te llevarán tiempo y sí, pueden marcar una gran diferencia si las integras con constancia.
No se trata de hacer más, sino de elegir con más conciencia lo que haces, y cómo lo haces.
Tu rendimiento y tu bienestar no están peleados, ellos se alimentan mutuamente cuando tú decides gestionarte con más posibilidades.
¿Con cuál de las 5 microdecisiones te comprometes hoy?






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