Despejarte física, mental y emocionalmente.
- Hilda Fainsod
- 10 abr
- 3 Min. de lectura
- “No estás aquí solo para resolver problemas. Estás aquí para pensar, crear y disfrutar.”-
Te doy la bienvenida a este espacio de reflexión y acción. Una idea, una palabra, un pensamiento, un nuevo entendimiento o una perspectiva te llevarán a hacer algo diferente (#HAD).
Esta semana comparto una práctica que trasformará la forma en que te gestionas personal y profesionalmente; hablaremos acerca de despejar, lo que es igual a soltar, hacer espacio, liberar, dejar ir.
Piensa en la cantidad de tareas, reuniones, decisiones, actividades, proyectos, procesos, acciones, implementaciones, planes, actividades, conversaciones, gestiones, correos, llamadas, pendientes, prioridades, que te tienen ocupado, distraído, drenado, a tope.
Cuando reconozco ese estado de exceso, aparece en mi mente el síndrome de “estar ocupado.”
La trampa del ‘siempre ocupado’
Estar ocupado y ser productivo no es igual, a menos que tengas una claridad de qué prioridades estás atendiendo y que dejarás fuera de la agenda.
Para algunas personas, estar ocupado pareciera que denota relevancia, nivel, estatus, puesto y responsabilidades.
Estar ocupado es asociar el ego a ser importante, y eso en realidad es una de esas estrategias que debiera redirigirse para evitar estar agotados y desconectados de lo que más importa.
Es fácil caer en la tentación de llenar la agenda, los tiempos, los fines de semana, las actividades, rutinas y vivir a una velocidad para que nos dé tiempo de todo.
Somos adictos a la velocidad, la agenda llena, la mente ocupada, las soluciones rápidas, y lograr todo y rápido.
Te tengo noticias. Ese es un mal juego; en algún punto, pasa la factura.
En profesionales altamente exitosos, que tienen una enorme orientación a resultados, los costos incluyen:
Perderse las cenas y eventos familiares.
Estar agotados física y mentalmente y ser más propensos a enfermarse con frecuencia.
Tener la mente tan saturada, por lo que pensar con claridad es difícil.
Experimentar falta de energía y enfoque para un trabajo que realmente les importa.
Estar presentes, pero ausentes.
No estás aquí solo para resolver problemas. Estás aquí para pensar, crear y disfrutar y para lograrlo, hablemos del poder que tiene despejar.
El poder de despejar
Todos acumulamos cosas… físicamente, mentalmente, emocionalmente. Cosas que nos sirvieron en una época, pero que ahora solo ocupan espacio. El tema es que si no hacemos espacio, no podremos avanzar.
Te voy a invitar a hacer un inventario de lo que está ocupando espacio en tu vida y trabajo; en tus cajones y closet, en tu escritorio, tu agenda y tu mente; en tus rutinas, procesos, pendientes y hábitos diarios; en tus emociones, relaciones, enojos, frustraciones, desgastes.
Pregúntate a ti mismo:
¿Esto todavía me sirve?
¿Esta mentalidad, relación, responsabilidad o hábito me aporta o me desgasta?
¿Me estoy aferrando a algo solo porque siempre ha sido así?
¿Hay alguna razón para mantenerlo?
A veces los mayores avances no vienen de agregar más… sino de dejar ir, de reducir, simplificar, o despejar.
Ya sea para la vida, los negocios, o el liderazgo, te invito a que explores como menos te da más.
Despeja espacio, ya sea en la agenda, en la cabeza, o en el corazón; y podrás percibir que estarás listo para:

✅ Tomar decisiones estratégicas
✅ Ser más creativo
✅ Conectar con tu equipo y contigo
✅ Disfrutar tu vida y tu liderazgo
Despejar, se parece a exhalar. Cuando respiramos, llenamos de aire nuestros pulmones y después lo soltamos. Exhalar, es darse la posibilidad de que lo que tenías contenido, salga.
¿Qué vas de despejar?
Te reto hoy, a que hagas una limpieza interna y externa; que dejes de lado lo innecesario para que pueda hacer espacio para lo que más te importa.
Te reto a que hagas de este ejercicio, un espacio de crecimiento, a que elijas lo que te da energía, posibilidades, resultados, ligereza y bienestar y estés listo para liderar con claridad.
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