Cómo mantener tu impulso sin agotarte
- Hilda Fainsod
- hace 5 días
- 3 Min. de lectura
La forma de optimizar tu energía.
Te doy la bienvenida a este espacio de reflexión y acción. Cada semana tienes la oportunidad de poner en marcha una idea, una palabra, un pensamiento, un nuevo entendimiento o una perspectiva, que te llevarán a Hacer Algo Diferente (#HAD).
Para hablar de energía, empecemos imaginando que cada mañana cuentas con dos botes de igual tamaño, uno con el tiempo destinado a trabajar y otro con la energía necesaria para hacerlo.
Espero que cada mañana estén tus botes completamente llenos para que tengas las horas, y la energía física y mental para llevar a cabo cada una de las actividades y desafíos que tu día presenta.
Pero, si ese no fuera ese el caso, pudiera ser que la falta de descanso, la mala calidad del sueño, las preocupaciones, el exceso de trabajo, las largas horas, el estrés, la saturación, la gestión de tu tiempo y energía, pudieran tener más bajo tu bote de energía, y eso es algo que no quieres que suceda.
La fórmula de la energía es la siguiente:
Energía disponible = (Fuentes de energía) - (Demandas y fugas)
El resultado muestra la relación entre la energía disponible (física, mental, emocional) y las demandas del día a día.
¿Te has dado cuenta dónde estás gastando energía de más?
Para mantener el impulso sin agotarse, es necesario optimizar esta ecuación a través de una gestión consciente de recursos internos y externos.
La energía es el recurso más crítico para un líder y es la forma de tener un liderazgo sostenible.
Te presento algunas distinciones que podrían ayudarte a ser más consciente y tener una mejor gestión de tu energía y así evitar el agotamiento.
Distinciones:
No es lo mismo estar ocupado que ser productivo.
Define el propósito de cada día o semana; estarás más enfocado y productivo de esa manera.
Define el 20% para generar el 80% de resultados.
Evita querer abarcar todo, los asuntos pocos esenciales te harán la diferencia.
Reconoce las diversas formas de energía y define cuál requiere de tu atención y gestión:
Energía Física, Emocional, Mental.
Identifica tus fuentes de energía:
Sueño reparador.
Descanso.
Ejercicio.
Alimentación.
Relaciones positivas.
Identifica tus drenadores de energía:
Estrés crónico, que se va acumulando día a día.
Multitasking excesivo.
Conflictos no resueltos en el trabajo o en casa.
Falta de alineación con valores personales
Largas horas de trabajo.
Demasiado de todo.
Dejar temas a medias.
Define la forma de optimizar tu energía
Energía física: aporta la capacidad para enfrentar los retos diarios con vitalidad.
Prioriza la calidad de tu sueño (rutina, desconexión de pantallas, respiración)
Define micro hábitos saludables: ejercicio y alimentación consciente
Incluye pausas en la agenda (de 5-10 minutos, cada 90)
Valora a qué le dices SÍ y a que NO
Energía mental: está relacionada con la concentración, claridad y capacidad de resolución.
Define prioridades diariamente.
Eliminar tu propio ruido mental: meditación,journaling o prácticas de mindfulness.
Practicar el enfoque (la técnica Pomodoro de 25 minutos de enfoque por 5 de descanso)
Limita las distracciones digitales.
Cuida la sobrecarga de información.
Energía emocional: las emociones positivas, relaciones significativas y estados de ánimo contribuyen a la energía emocional:
Construye relaciones significativas en el entorno laboral.
Implementa prácticas de gratitud y reconoce los logros (propios y del equipo).
Establece límites emocionales saludables para evitar el agotamiento.
Mantén la creencia de que la energía se renueva si se gestiona de la forma adecuada.
Se drena con conflictos, negatividad y falta de propósito.
Se renueva descansando, disfrutando, buscando equilibrio en momentos de falta de balance.
Recuerda los beneficios de mantener el impulso sin agotamiento.
Toma decisiones más claras y estratégicas; recuerda que no decidir genera estrés, ansiedad y una voz interna que no se detiene.
No todo requiere la misma energía; diferencia la energía para grandes proyectos, tareas y decisiones.
Busca procesos y tareas que se pueden simplificar.
Inspira al equipo para evitar desgaste innecesario, lidera desde el ejemplo.
Gestiónate con el paradigma de MENOS, es MÁS.
Toma acción.
Como siempre, hacer algo diferente (#H.A.D.), es fuente de mejores posibilidades.
Acciones que pondrás en marcha:
1. Optimizar mi energía
2. Eliminar drenadores
3. Enfocarme en lo prioritario
4. Limitar el uso de las pantallas digitales
Hasta la próxima.
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